A Jorge Velix, supervisor Vodafone Telegestión
Evidentemente, hacer el trabajo con buena cara es más difícil que hacerlo con cara de estreñido. Al fin y al cabo, eso es lo que la empresa exige a todos los agentes –simpatía perpetua, sonrisa telefónica, asertividad, etc.–; y por otra parte, también se exige a la plantilla que conozcan los procedimientos de su campaña y todo aquello que tiene que ver con la prestación del servicio.
Sin embargo, en el caso de Jorge Vélix, la buena cara o el conocimiento de los procedimientos parece que no son tan necesarios. Porque sus superiores (con Rubén a la cabeza) así se lo permiten. Vayamos por partes:
No ha sido una ni dos ni tres veces en las que nos han llegado quejas del carácter desagradable de este supervisor. Desconocemos los motivos personales o laborales que lo hacen mostrarse tan poco amable con sus compañeros, que lo han llegado a tildar de prepotente en más de una ocasión.
Nosotros siempre tratamos de aplicarnos una frase respecto a eso de la prepotencia: “El poder solo se sube a la cabeza cuando encuentra un cerebro vacío”. Quien tenga ojos, que lea…
En segundo lugar, hablemos del conocimiento de los procedimientos que son necesarios para prestar /desarrollar las funciones. En la campaña de Vodafone Telegestión, y según el acuerdo existente, varios agentes de la campaña reclamaron que sus incentivos no eran correctos, cumpliendo para ello los plazos de realizar la reclamación dentro de los diez días anteriores a la emisión de la nómina. En algunos casos se trataba de cantidades de más de 100€ de diferencia. ¿Qué ocurrió? Que Jorge Velix no remitió a nóminas dentro de plazo la información facilitada por los trabajadores y las trabajadoras, que finalmente se admitió como correcta. Ante nuestra reclamación para que cumpliera con los plazos,
Jorge Vélix nos dijo que ya lo cobrarían en la nómina del mes siguiente y que él no tiene por qué conocer el procedimiento anteriormente citado.
Por tanto, desde aquí solicitamos a la empresa que le imparta una formación para que asimile estos conocimientos imprescindibles que, por otra parte, pueden afectar a los bolsillos de los compañeros y las compañeras de la campaña.
Porque no es que las malas caras tengan un pase, pero jugar con el dinero de la gente… Eso sí que no.