CGT

Que las medidas de austeridad y prácticas de ahorro impuestas por el Gobierno para edificios públicos y oficinas debido a la subida del precio de la luz y el gas iban a redundar en una mayor
incomodidad para las personas trabajadoras en nuestros centros de trabajo era un hecho. Pero es que a Intelcia se le ha ido de la mano. Tanto en los edificios de Emilio Muñoz como en el de OM trabajamos en un permanente estado de semicongelación.

A lo que hay que sumar las goteras que año tras año aparecen en el techo de Emilio Muñoz y que para evitar hundimientos del mismo resuelven de manera “chapucera” quitando las planchas húmedas, abriendo otra vía de entrada de frio…y agua cuando llueve. Y muy común es que en alguna de las plantas la escasa calefacción que hay deje de funcionar. Y por alguna extraña razón cuando se repara, se avería en otra. Como si funcionasen vasos comunicantes.

Mientras que en OM lo que ocurre es un tanto curioso. Percibimos cuando algún “gerifalte” visita las instalaciones. Y ¿sabéis por qué? Muy sencillo. Cuando el ambiente se caldea y la temperatura ambiente se torna en confortable es que hay visita. Y desde la “zona noble”, que disfruta de un clima más favorable que en el resto de la plataforma, se activan los protocolos necesarios para que el sistema de calefacción propicie un calorcito muy acogedor. Eso si, una vez que finaliza la visita de nuevo regresan las bufandas y abrigos.De todo ello es conocedora la empresa, habiéndose enviado numerosos mails desde CGT denunciado la situación, pero hasta ahora ha hecho caso omiso. Aun así continuaremos exigiendo el cumplimiento de la ley o tomaremos las medidas oportunas.